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Hola José Ramón Julio Márquez Martínez,

te escribo esta carta porque parece que está de moda hacerlo así. En realidad no espero que la leas, mucho menos que reflexiones.

Esta madrugada encendí la TV después de leer cientos de tuits sobre un veinteañero que dice que trabajaba para el CNI, al final sólo pude ver la parte final de Mariló Montero e inmediatamente comenzó un debate de tertulianos gritando y pisándose las palabras unos a otros. Muy de caspa del 2004. Enseguida te vi y escuché que decías que el problema es que no se escucha a la ciudadanía. 

Justamente lo dices tú. El que durante veinte años ha sido directivo de una de las entidades más corruptas del régimen. Que perdió decenas de millones de euros en inversiones inmobiliarias y que usaban el dinero del público para beneficio propio y hasta para pagarse putas. Pero qué te voy a contar, si estuviste (¿o estás?) imputado por este vergonzoso caso de corrupción. Ojo, lo de imputado no va con segundas, yo también estuve imputado aunque por causas diferentes. Tú por temas de corrupción y administración fraudulenta, yo por defender la libertad de expresión de comentarios en Menéame.

Hablando de Menéame y libertad de expresión, no sé si recuerdas que tus abogados me enviaron a mi cuenta personal 29 emails con amenazas para que eliminemos todos los comentarios que te mencionan (en presente, siguen allí).

Supongo que sabrás por dónde voy a ir, ¿ahora te quejas de que no se escuchó a los ciudadanos? ¿Tú que has sido colega y co-administrador de esa SGAE corrupta y manipuladora? ¿Tú que no sólo no has escuchado a nadie sino que amenazabas y demandabas a los que estaban muy enfadados con la corrupción ahora demostrada? ¿Tú que te paseabas por todos los medios públicos y privados acusando a chavales de ser unos piratas que hundían a la cultura de este país?

Has sido directivo durante dos décadas de una de las instituciones más corruptas de este regimen del que ahora te quejas. En este tiempo has visto millones de piratas que hundían a la cultura del país, pero has sido incapaz de ver que los mayores piratas eran tus colegas y amigos.

Aprovechando tu tirón mediático -sobre todo en medios públicos, con gobiernos del PP o el PSOE- has sido el portavoz propagandista para conseguir leyes y prebendas a esta élite del régimen. Has sido cómplice del canon que nos cobraban a todos y que servía hasta para pagar las putas de los directivos. O de leyes como la Sinde para que vuestra industria, la que te paga, pudiese quitarse los jueces de encima para poder recaudar más o ir contra chavales que no pueden ni soñar con ganar el dinero que tú has ganado.

Te justificarás en que era imposible saberlo, que tampoco se podía adivinar la corrupción y sordera que hoy denuncias. Pero no era así, en febrero de 2011 lo dejamos bien claro cuando iniciamos #nolesvotes, frustrados por la corrupción generalizada donde la ley Sinde era sólo una pequeña pero muy visible muestra:

La corrupción en España alcanza niveles alarmantes. No se trata sólo de los casos de corrupción urbanística, cohecho, prevaricación, etc., que afectan de manera generalizada a los grandes partidos: hablamos de corrupción en los mismos fundamentos del sistema.

En esos años no sólo nos tratabas de piratillas o cuatro gatos, eras colaborador de ese régimen, ese mismo que ahora acusas y dices que no escucha a la gente. Con todo el morro. En uno de esos debates de tertulianos chillones por encima del bien y del mal… tan en boga hace diez años cuando todo era fantástico y el problema principal en España era recortar derechos ciudadanos porque los piratas os estaban dejando sin comer.

Me alegra que ahora hayas cambiado. Pero creí necesario recordártelo, porque hay que ser muy caradura para tener el historial público que tienes y ahora dar lecciones de ética o de escuchar a la ciudadanía. Quizás deberías reflexionar en que estamos como estamos gracias a la colaboración necesaria de intelectuales y artistas como tú.

Saludos.