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Desde hace varios meses que hay una especia de «alarma social» por el mal funcionamiento de la justicia en casos graves de pederastas, violadores o asesinos de niñas que están en libertad por la ineptitud de algunos jueces.

Pero desde hace más años, exactamente desde siempre, que la justicia es totalmente inoperante, y los jueces y fiscales unos tremendos ignorantes de Internet o tecnologías que hay hace años han dejado de ser nuevas. Todos conocemos los juicios de la SGAE y cómo ganó juicios –que atacaban directa y profundamente a la libertad de expresión– que nadie se explica cómo han podido.

Lo último que está pasando ahora mismo es el juicio de la SGAE contra Weblogs SL Julio Alonso sencillamente por informar el google bombing que se estaba haciendo contra la web de la SGAE –una sociedad de derecho público–. Acabo de leer un twit muy preocupante de Julio Alonso transmitido desde el propio juzgado (mas en un apunte de Julio Alonso):

El fiscal se nos ha puesto en contra y se ha quedado con la jueza cuando hemos salido todos

Eso es sólo un ejemplo de la ignorancia y mentalidad casi dictatorial de estos «letrados».

Con los ataques DDoS al Menéame (y paradójicamente a Weblogs SL por una noticia en Genbeta) nosotros hemos y estamos padeciendo esta inoperancia de la justicia española. En primer lugar porque perdí mucho tiempo investigando quiénes han sido los autores, reuní montón de pruebas –que incluyen delitos más graves como phishing, estafas con tarjetas de créditos, estafas a AdSense, extorsión a empresas e incluso amenazas de muerte–.

En todo este proceso la justicia ha sido totalmente incapaz de detener o iniciar procedimientos para detener los ataques.

Envié decenas de correos electrónicos con información y pruebas, presenté dos informes y un CD con pruebas a la Guardia Civil. Ésta, después de recopilar datos a interrogatorios a otras personas, presenta sus diligencias a los Juzgados de Madrid en Plaza Castilla. Estas fueron remitidas al Juzgado de Instrucción 28. Éste rápidamente se consideró incompetente y se inhibió en la Audiencia Nacional. La AN se lo ha devuelto al JI28 y éste se ha inhibido en tres juzgados (Inca, Pozuelo y Barcelona) correspondientes a las sedes de las empresas o domicilios de los denunciantes (Menéame, Weblogs SL y NTT Europe).

O sea, se lavan las manos para no coger el marrón, aunque esa denuncia da pruebas de delitos muy graves y alcance internacional.  En todo este proceso la gente de Delitos Telemáticos de la Guardia Civil se pone en contacto conmigo, casi desesperados, para que nos «apersonemos en la causa» y así evitar que se vuelvan a inhibir.

Estábamos en estos trámites cuando me llega una citación de los juzgados de Plaza Castilla escrito casi en hoygan –ni siquiera escriben correctamente web–.

Me citan sin dar demasiadas explicaciones a un juzgado de Madrid a las 9:30 de la mañana, lo que me obligaría contratar procuradores en Madrid, viajar un día antes, con la pérdida de tiempo y dinero que eso genera. Tuvimos que poner a nuestra abogada –Cristina Perez Llano, de Bilbao– para que consulte con los funcionarios y procuradores. Al final tendrá que viajar ella en representación mía y de la empresa –después de pasar por notario para hacer poderes–  sólo para confirmar la denuncia que me llevó cientos de horas preparar.

Los procuradores y abogados de Madrid se quedan soprendidos que me citen en Madrid sólo para eso cuando podrían haberlo hecho vía un juzgado en Palma y/o tomarme declaración vía vídeoconferencia. Pero todavía no se aclaran.

Ahora mismo en España tener un problema legal o recibir ataques a tu sitio, empresa o blog en Internet se convierte en una pesadilla. La justicia poco podrá hacer por tí, y si hace algo te joden más y te provocan más problemas que los propios responsables de los ataques.

Pero eso sí, si la SGAE –esa misma que nos acusa de piratas a todos, o que dice que es delito algo que es perfectamente legal– mete una demanda absolutamente gilipollas porque alguien informa de lo que está pasando con un buscador la admiten a trámite inmediatamente y encima el fiscal se pone al lado de ellos.

Obviamente que tienen una mentalidad que Paquito Franco estaría orgulloso si viviese. Pero además de eso es que demuestran que poco les importa hacer «justicia» –en el sentido de justos–, tampoco les importa generar menos molestias a las víctimas y sobre todo ello, una ignorancia total de Internet.

Entendía muy bien esta ignorancia hace 10 años, cuando Internet era una novedad, ¿pero siguen igual 10 años después? No se han preocupado en actualizarse, no se han preocupado en estudiar, les da igual.

Se han subido al carro de su importancia –y tanto que la tienen– que se creían por encima de todos, intocables, sin necesidad de rendir cuenta a nadie ni cumplir con las mismas obligaciones que los demás funcionarios. Así en pocos años se han convertido en el organismo democrático que peor funciona.

Ya están tardando demasiado en resolver la situación. Enre otras cosas deberían analizar seriamente cómo un juez puede llegar a serlo sin tener la menor idea de cómo funciona las tecnologías y entorno en el que participan una parte importante de la sociedad y los negocios. En pocas palabras, cómo pueden vivir tan alejados de la sociedad sobre la que influyen tanto con sus sentencias.

Lo dicho, nuestros jueces y fiscales, unos completos analfabetos funcionales digitales.