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Veo este tuit:

que enlaza a El falso norcoreano lo vuelve a hacer. Esto no pasaría de una simple anécdota de los no-noticias y «arde Twitter» que se publican diariamente, si no fuese por:

¿Cuáles son esas contradicciones? Muchas, pero resumidas en seis:

1) Piden eliminar el derecho a cita, fundamental para el propio periodismo

Con el #canonAEDE pretenden eliminar el derecho a cita, pero ellos lo ejercen continuamente -para ganar dinero-. Sin el derecho a cita, hubiese sido imposible escribir ese artículo, la autora sólo podría haberlo descrito brevemente y enlazar a los tuits originales.

2) Pretenden que otros les paguen por lo mismo que hacen ellos

Pero resulta que esa acción de enlazar y describir también la consideran como una acción prácticamente ilegítima por los directivos de ese medio, y por eso pretenden cobrar un canon obligatorio.

3) Piden endurecer la LPI, cuando son incapaces de respetar la actual

Además hicieron copias (las capturas) de forma ilícita según la ley actual. Están copiando frases completas de terceros, sin autorización ni de los autores (derechos morales) ni de la plataforma (derechos de explotación). Twitter tiene una reglas muy claras que deben cumplir los usuarios y que consiste además en la autorización a los que lo reproducen. Los usuarios de Twitter estamos autorizando a la reproducción de nuestros textos por cualquier medio (condiciones de uso, no hace falta contrato ni firma, el propio uso es la autorización):

 By submitting, posting or displaying Content on or through the Services, you grant us a worldwide, non-exclusive, royalty-free license (with the right to sublicense) to use, copy, reproduce, process, adapt, modify, publish, transmit, display and distribute such Content in any and all media or distribution methods (now known or later developed).

Al publicar en Twitter estamos autorizando Twitter, pero sólo a Twitter, en ningún caso a terceros. Pero Twitter permite a otros reproducir nuestros textos vía su API, y sólo a través de su API:

you have to use the Twitter API if you want to reproduce, modify, create derivative works, distribute, sell, transfer, publicly display, publicly perform, transmit, or otherwise use the Content or Services.

En este artículo se reproducen tres tuits (dos míos, el otro de El Mundo), pero usan el API de Twitter (que en ese caso es wordpress.com el que inserta el código automáticamente). En mi caso, estoy respetando a rajatabla la autorización que nos otorga Twitter. No es el caso del artículo de El Mundo, donde muestran capturas en imágenes alojadas en su propio servidor (1, 2, 3, 4, 5, 6 y 7) y por lo tanto ocasionando pérdidas de accesos a Twitter (como dirían ellos mismos).

Es decir, no sólo están violando las normas que pretenden incluir en la futura Ley de Propiedad Intelectual, no respetan las normas de Twitter y por lo tanto están cometiendo un ilícito según la ley actual (ojo, el tema es discutible y no soy abogado, aunque no existe el concepto de fair use en nuestra legislación un juez podría considerarlo como tal, hay sentencias en este sentido).

4) Son los mayores copiadores, pero demonizan a los demás

Es imposible producir nada sin copiar y modificar el trabajo e ideas ya existentes. No me parece mal lo que hizo la autora (Elena Mengual), desde aquí defiendo su derecho a hacerlo y ganarse la vida usando contenidos de otros y presentarlos de forma que faciliten la lectura mientras no moleste a los autores originales y atribuya y enlace correctamente (aunque sea para elaborar artículos tan superficiales y endogámicos). Nada surge de cero, estamos copiando imitando y modificando obras de otros continuamente. Pero no se puede exigir que los demás, y sólo los demás, paguen por hacer lo mismo que estás haciendo tú. Lo que nos lleva al siguiente punto.

5) Responsabilidad ética y deontológica de los profesionales de la información

¿Cómo llegamos a una situación que quizás hará que empresas extranjeras se marchen y que -aún peor- empresas españolas tengan que cerrar aunque su actividad beneficie a los medios? La principal responsabilidad cae en el gobierno y legisladores, y la ambición desmedida de directivos y empresarios de medios tan alejados de la realidad que ilegitiman hasta las actividades que sus trabajadores ejercen diariamente. Pero también hay otros: profesionales -que salvo poquísimas excepciones- han callado y están siendo cómplices del bloqueo informativo de sus medios a las críticas a la legislación propuesta por sus empresas.

Unos podrían justificarse en que no conocían el proyecto de ley que sale de sus organizaciones, o que no conocían el alcance que podía tener.  Pero no sirve, un profesional tiene la obligación ídem de conocer estas iniciativas que afectan a su actividad profesional-laboral, sobre todo si su profesión es justamente la de «informador» y que enarbolan esas banderas para exigir un tratamiento especial del resto de la sociedad. Podrían haber reaccionado públicamente y explicar a sus jefes que no es racional, ni de sentido común, ni coherente, ni beneficioso para su profesión. Pero no ocurrió esto, al menos no públicamente. Con la colaboración de la mayoría, extendieron una manta de silencio sobre el tema, salvo la propaganda a favor.

Se explicará y racionalizará de muchas maneras, pero acabará con razones económicas: hace frío allí fuera, la situación económica y del periodismo no está para estos lujos de «libertad profesional», etc. Altamente incoherente con los que ellos mismos aseguran que es el periodismo, el ejercicio y la obligación de informar a la ciudadanía para tener una mejor democracia. Pero muchos -me refiero a los asalariados de medios AEDE, fundamentalmente- no lo están cumpliendo, ni siquiera están defendiendo y ejerciendo su libertad y ética profesional.

La corrupción no es sólo dar contratos a dedo, o cobrar de sobres del partido, también es corrupción cuando no cumples tus postulados deontológicos por el temor a que esos señores que obtienen leyes favorables absurdas e incoherentes (¿a cambio de qué?) te dejen de pagar un sueldo.

Al final, Menéame podría cerrarse, Google News España cerrar, Twitter o Facebook irse de España o bloquear los enlaces a medios españoles (incluso cerrarles sus propias cuentas con millones de seguidores), y «ni se notará». Pero es otro paso más de los muchos dados, otro avance hacia una sociedad menos libre solo para favorecer los intereses de unos pocos, y que profesionales presuntamente independientes y que se erigen en responsables de la calidad democrática callaron, callan, y volverán a callar… porque al final del mes lo que importa es poder pagar la hipoteca.

Eso sí es una gran putada. No solo porque la tan mentada «libertad e independencia profesional» es más imaginación que realidad, lo peor es que los más perjudicados no parecen interesados en luchar por ella.

6) Tragicómico

No podía dejar de mencionar dos cosas que resultan tan graciosas si no fuese por la importancia del tema.

Por un lado, los medios se parecen a esas empresas de publicidad callejera que basan su actividad en pegar anuncios en los muros y paredes de viviendas, y luego exigen al alcalde que los propietarios de esos muros y viviendas paguen una tasa a sus empresas. Es exactamente lo que hacen al publicar enlaces y «fragmentos» en sus cuentas en Twitter de millón y medio  de seguidores. O cuando ponen botoncitos de compartir sus artículos, incluso en editoriales donde nos llama «parásitos» a los propietarios o administradores de esas redes o foros donde se comparten

Por el otro, que se escriba un artículo tomando el pelo a la torpeza de una cantante por creerse la invitación de un personaje ficticio al mismo tiempo que desnuda la hipocresía y profundas contradicciones entre lo que promulgan y lo que hacen.

Al final,  todo se resume en corrupción, ambición desmedida, desconocimiento, miedo, y lo de siempre: