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1993

Me encargan que de la asignatura de sistemas operativas en la UIB. No teníamos ningún Unix accesible a los usuarios, tampoco teníamos PCs para instalar el novedoso GNU/Linux, todo era Macintosh. Encuentro MacMinix, un port de Minix a Mac mínimo, se ejecutaba como programa normal de Mac que abría tres consolas de shell.

Lo pruebo en los Macs del aula informática (unos 70 ordenadores) de nuestro edificio. No funcionaba el teclado español y se colgaba cada pocos segundos. Desesperación, la asignatura comenzaba en febrero de 1994, me quedaban pocos meses y no tenía una plataforma «seria» para darla.

Decido que no hay otra solución que intentar arreglar esos problemas. Pido un portátil Mac prestado al Dept. (un MacBook, me tomaba 45 minutos compilar el kernel) y me pasé unos tres meses modificando el núcleo del Minix. Descubro que el problema del teclado estaba ocasionado porque las tablas de E/S de caracteres del  Minix eran de 7 bits y se necesitaban 8 para el teclado español. Modifico todas esas funciones para trabajar con 8 bits, logro que funcione correctamente. Luego detecto que el culpable de los cuelgues era por la pila de red de Apple Talk, los ordenadores estaban conectados a una que cubría toda la universidad y claramente tenía muchas race conditions no solucionadas. Deshabilito todas esas funciones, el problema se soluciona, no tendríamos red pero tampoco era necesaria.

Así doy dos cursos, 93-94 y 94-95.

1995

En verano de 1995 cambian todos los Macs de esa macroaula por PCs, y yo sin enterarme. Desesperación. Pero al menos podré instalar GNU/Linux, pensé. Los responsables del centro de cálculo me dicen que nada, que no se va a instalar. Solución de emergencia, en el laboratorio de electrónica de al lado tenían unos 12 PCs  y me dejan instalar Linux, al menos podía llevar a un grupo pequeño a hacer prácticas allí. Para los demás decido hacer las prácticas desde consolas en los PC (con Windows) sobre el VAX/VMS donde tenían cuenta los alumnos.

Las prácticas sobre el VAX/VMS fueron un desastre, con una pocas decenas de alumnos se quedaba bloqueado durante largos segundos muy a menudo, el C no era del todo estándar y tuve/tuvimos que aprender «trucos sucios» para que compile en VAX y Linux. Lo peor, tenía clases los viernes por la tarde a las 15:30, a esa hora ya no quedaba ningún responsable del centro de cálculo y además tenían algún proceso de backup o similar que hacía que 1 de cada 2 clases el VAX quedase inaccesible y nadie podía solucionarlo.

Pasé mucha vergüenza y fue un caos. No podía repetir la experiencia.

1996

Seguíamos siendo una universidad «sólo Windows», insistí en que me dejasen instalar GNU/Linux, me dicen que nada, que es una chapuza, inseguro, de amateurs, nada profesional, etc. En serio, esos eran los argumentos.

Obviamente tampoco me daban ninguna solución con Unix.

Al final me instalan el Cygwin en unos Windows NT del aula informática de otro edificio. Doy así las prácticas. No fue una buena experiencia, trabajar en consola con Windows era aún peor que trabajar con Windows.

1997

Vuelvo a insistir con que pongan un arranque dual en los ordenadores del aula informática de nuestro edificio (ahora había un par más pequeñas). Me vuelven a denegar. Al final un amigo que trabajaba en el Centro de Cálculo me deja una partición de 500 MB para que instale de «extranjis» una distribución de GNU/Linux (¡gracias Albert!). Ayudado por ex-alumnos que luego serían fundadores y socios de Bulma instalamos una RedHat en los casi 40 PCs.

2004

Sigo dando clases en los PCs con el mismo RedHat, creo que actualizados a la versión 5.2 y recortado al máximo porque sólo teníamos 500 MB. El nuevo rectorado está más abierto al software libre, el delegado del rector en «nuevas tecnologías» (Biel Fontanet) también apoya. Junto con Llorenç Valverde nos ponemos a montar la primer «Aula Linux» de la universidad… en un antiguo depósito de la tercera planta sin siquiera ventanas y que luego vimos que no se podía ni habilitar porque no tenía acceso de discapacitados.

Después de haber puesto en marcha todo estamos desesperados, con Llorenç Valverde firmamos un documento que nos hacíamos responsables del aula (:roll: :roll:) y finalmente se abre (ojo, me pagaron, una mochila de Toshiba, un joystick para PC y un balón de fútbol, eran las «sobras» de un congreso). Muy incómoda y pequeña pero era un placer dar las clases allí.

Se mantuvo funcionando hasta hasta 2014. Hicimos cosas muy guapas en esa aula, desde varios postgrados de software libre hasta un sprint de los desarrolladores de PyPy. La gente de administración de nuestro edificio le llamaba «el aula de Galli», aunque no siempre con buenas connotaciones.

2005

Empiezan cambios y migraciones de VAX/VMS a GNU/Linux y software libre en el centro de cálculo, hoy llamado «Centro de Tecnologías de la Información».

2015

El aula Linux original (a la que todavía llaman «el aula de Galli») ya no se abre por su inaccesibilidad y falta de recursos. El responsable actual del aula, Biel Cardona, me avisa que hubo un malentendido, el aula sigue abierta y con dos responsables. Buena noticia.

Todos los servicios importantes y gordos en el centro de cálculo de la UIB van sobre GNU/Linux y software libre. Con virguerías como máquinas virtuales (estilo «cloud»), cluster de Postgres y MySQL, sistemas de ficheros distribuidos en discos replicados en edificios diferentes vía fibra óptica, balanceadores de carga, etc.

La mayoría de sus responsables y programadores fueron alumnos de sistemas operativos que tocaron un Minix o GNU/Linux por primera vez y han realizado sus prácticas en condiciones tan precarias.

Hoy tenemos un aula de estas (la 9, segunda planta de Anselm Turmeda), con capacidad para 28 alumnos, con ordenadores de varios años, con Ubuntu de 2010 y varios ya no funcionan. Afortunadamente muchos alumnos van con sus portátiles, si no fuese así tendríamos serios problemas para las prácticas de varias asignaturas (pero ya estoy cansado de pelear).

En todo este tiempo no me enteré que ninguno de los responsables de ocasionar tantas molestias innecesarias durante una década (que afectó a miles de alumnos) haya pedido disculpas.

Hoy tenemos GNU, Linux y software libre hasta en relojes, un éxito bestial, pero la historia no fue fácil ni lineal. Hasta en nuestra «academia» se lo prohibía, y fue casi ayer.

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PS 1: Esta historia seguramente tiene similes en cada una de las universidades. Es el problema de tomar demasiado en serio el tipo de formación que damos.

PS 2: En estos años el departamento y/o la escuela recibió cartas de quejas de alumnos porque les obligaba a usar Linux. Mi respuesta siempre fue que en todas las demás asignaturas les obligaban a usar Windows pero no se quejaban, y que los que yo les obligaba al menos era libre y gratuito (y tampoco es del todo verdad, me presentan prácticas en Mac -no hay problemas- y algún loco en Windows usando las librerías POSIX que tiene o tenía el Visual Studio).

Nota:  Entre 1995 y 2005 el error es +-1 año, la memoria me puede fallar, fueron años muy movidos 😉