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Hace poco más de un año, en plena «burbuja» del coche eléctrico, y debido al enésimo artículo «ingeniero inventa un coche eléctrico baratísimo en el patio de su casa y afirma que la industria no lo hace por presiones de las petroleras», se me ocurrió escribir un artículo para explicar los problemas del coche eléctrico (resumen: se necesita almacenar muchísima energía, la gasolina/diesel es muy eficiente en eso, las baterías no lo son).
Javier Costas de Motorpasión me respondió en Ricardo Galli opina sobre el VER y los coches eléctricos en general, y no con mucho acierto. Lo que generó que me dijeran de todo (charlatán, ignorante, vaya paliza le dieron, etc. etc.), en Menéame incluido. Volví a contestar, y con más datos y análisis en “Si dices una barbaridad demagógica como mínimo recibirás aplausos de una importante minoría”. Recibí muchas más críticas e insultos en la línea del anterior. Parecía yo el ignorante aguafiestas que no conocía el estado de la tecnología… un pobre ignorante charlatán, que opinaba sobre un tema que no tenía idea.
Estaba tranquilo, convencido que el tiempo me daría la razón. Sabía que no se puede mentir a todos durante todo el tiempo, y que en algún momento se iba a empezar a conocer la realidad: cuando se hiciesen pruebas independientes, y el público conociese los precios (que siguen por las nubes, a pesar de las subvenciones) y el rendimiento real.