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Hasta hace muy poco era difícil leer «textos digitales», la pantalla del ordenador no era el medio más adecuado. No sólo por la pantalla y su poca resolución (en pixels por centímetro cuadrado), también por la posición, para leer textos largos hace falta, además, una postura cómodo y relajada: la cama, el sofá, un sillón de lectura donde tiene para reposar la espalda a un ángulo menor al de los 90º recomendados en sillas de escritorio.

Con la aparición de los ebooks las cosas empezaron a cambiar, dispositivos ligeros, adecuados para texto, mayor resolución, pantallas que funcionan por reflexión de luz (como el papel) y no por emisión como las pantallas tradicionales. Al principio eran caros, los primero Kindle costaban más 300 €, hoy se compran a menos de 100 €.

Luego aparecieron los tablets, que aunque tenían pantallas similares a las de monitores, también eran muy diferentes: más ligeras (podías llevarla a la cama, al sofá, al sillón de lectura) y con mucho más resolución por centímetro cuadrado, lo que facilita la lectura (sobre todo por mejor definición de las letras).

Ahora se empezaron a popularizar los tablets de 7 pulgadas, un tamaño más similar al Kindle (o sea, formato de libro habitual), más ligeros y cómodos de tenerlos en la mano para lecturas prolongadas.

En estos últimos años, y de forma paralela, surgieron iniciativas interesantes: libros auto publicados, libros breves más baratos («singles»), proyectos y blogs que empezaron a intentar innovar (es decir, volver al pasado) con textos más largos y de análisis más que de textos breves. Jotdown es un ejemplo extremo, pero también hay una tendencia a blogs con análisis o textos más elaborados (Sintetia, algunos posts de Yorokobu, Politikon,varios blogs muy buenos de divulgación científica, etc.).

El software no se quedó atrás. Ahora puedes enviar al Kindle cualquier texto que encuentres en la web (la extensión de Chrome Klip.me, la aplicación «Send to Kindle»), y lo mismo para enviar con un formato más adecuado para la lectura pausada (como el Pocket o Readability) en los tablets e incluso para los teléfonos. Por supuesto, puedes leer tus libros digitales de las plataformas conocidos (iTunes o Amazon) en cualquier teléfono o tablet.

Es decir, como nunca antes estamos consumiendo libros y textos, tenemos el hardware y el software necesario para tener una lectura tan placentera como la de un libro. Además con la ventaja que puede ser contenido web, con audios y vídeos incrustados  (haced la prueba con esta perla, en un tablet, y/o con los casos puestos). Todo desde el sofá, la cama o el sillón de lectura.

Nunca la lectura estuvo tan mimada por la tecnología. Aún así, cada pocas semanas, sale algún «intelectual» afirmando que no hay nada como el libro de papel. Ya no sé si es una pose intelectualoide, o el atrevimiento de la ignorancia. Si es esto último, les hace falta un hijo o nieto que les muestre las virguerías que se pueden hacer para disfrutar, como nunca, de la lectura.