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Después de la pifia bestial en su «Experimento» (vaya paradoja, los experimentos los hacen los de «ciencias») pusieron una errata:

Este cálculo erróneo ha sido difundido por Internet desde hace unas semanas y ya fue objeto de una reflexión de Rosa Montero en una columna titulada ‘El tópico’, que apareció también en la última página el 23 de diciembre de 2008, y en la que la escritora subrayaba el éxito que estaba teniendo en la red a pesar de que ‘la cuenta está mal hecha’.

Es la disculpa típica de los «escritores serios», escriben basura pero luego le echan la culpa a Internet… para poder seguir diciendo que en Internet hay sólo basura.

No sé qué «Internet» ven estas señoras, pero en la «mía» no tienen mucho éxito esos bulos de ignorantes. Será que la visión que tenemos de Internet en realidad –como en todas las cosas– responde a nuestra perspectiva, inteligencia, intereses y amigos. Es como ir a visitar el Red Light District en Amsterdam y luego escribir que Holanda es muy decadente y lleno de putas.

Bueno, tampoco conozco mucha gente que diga eso, quizás sólo lo hagan los puteros. Sin alusiones.

No sé por qué me meto tanto con estas cosas. Hace poco más de una hora me llamó un amigo mío, periodista de los «tradicionales» muy conocido y me dijo:

Ricardo, deberías dejar de criticar a los «escritores»… te explico… no es que no tengas razón, es que somos una especie en extinción y deberiáis cuidarnos y mimarnos como a una tribu del Amazonas de la que sólo quedan 12 personas.

Luego me contó que quizás veamos a algún medio importante que no saque periódicos durante tres días… también me dijo que es posible que desaparezca. Pero no se refería a Público, donde han relevado a Nacho Escolar de director. Mis felicitaciones a Nacho por el enorme trabajo hecho [*]. Aunque cada vez me gustaba menos la parte política de Público –parecía un pasquín del PSOE escrito por progres barbudo de salón con TV de plasma–, sus páginas de ciencias, cultura el apoyo explícito a la cultura y software libre era todo un aire fresco y renovador en los periódicos nacionales.

[*] No debe ser nada fácil montar un periódico nacional, debe ser tarea inmensa. Y hacerlo con sólo 32 añitos –un par de años más que Cebrián cuando fundó El País con Polanco pero 30 años más tarde– tiene muchísimo mérito.