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Aprovecho esta tontería que me hizo gracia, por la contradicción de la pifia del crítico de pifias, para reactivar mi blog después de la paliza que me di escribiendo el libro (y que me quitó las ganas de escribir hasta ahora mismo).
Iba en el coche desde el Parc Bit a casa y pongo La Ser, eran más o menos las 18:40 hs. Justo comenzaba una sección de matemáticas y estaba un invitado (¿José María?) que también era matemático y había escrito un libro sobre las pifias matemáticas en el cine de Hollywood.
Comenzaron comentando el desconocimiento general de matemáticas de la población y que no hay que hacer caso a alguien que suelta cálculos acrobáticos (sic), que hay que pensar y hacer los cálculos uno mismo. Porque además los que mienten con los cálculos lo hacen con mucho aplomo (sic).
El primer ejemplo que muestran de cine es sobre esta escena de Superman II:
El niño empieza a caer por las cataratas del Niágara y Superman lo rescata antes que llegue al agua unos 28 segundos después. Aunque se podría decir que la extensión de la escena no corresponde con el tiempo real sí es una exageración. El Niágara tiene una caída máxima de sólo 50 metros, no varios centenares.
Pues bien, el matemático especialista en las pifias comenta que es imposible que lo haya podido rescatar pasado esos 28 segundos, que aplicando la fórmula bla bla bla (supongo que dijo la de 1/2 * at², no alcancé a registrarla bien) en ese tiempo habría recorrido más de 4 km.
Por supuesto le hice caso y un rápido cálculo mental me dijo que era imposible. Sobre todo porque el matemático se había olvidado de la velocidad terminal: la velocidad máxima que puede alcanzar en un fluido un cuerpo acelerado por la gravedad. En particular la del cuerpo humano en horizontal es cercano a los 55 m/seg.
Un cálculo mental rápido me indicaba que aún en caso que hubiese partido con esa velocidad en 28 segundos hace unos 1 500 metros (1 540 calculadora en mano) no más de 4 000.
Afinando más los cálculos, para que un cuerpo humano alcance esa velocidad terminal se toma más de 6 segundos. Sin rozamiento ni velocidad terminal tardaría exactamente 55 m/seg / 9.8 m/seg², 5.6 segundos.
En esos primeros 6 segundos habrá recorrido una distancia aproximada a 1/2 * 6 * 55 m/seg, o sea ~ 165 metros.
Los restantes 22 segundos lo habría recorrido a 55 m/seg, una distancia de 1 210 metros.
En total, 1 375 metros. Tres veces menos que la «corrección» del especialista.
Ya, un apunte de smartass, pero es que me hizo gracia que el matemático ignorase reglas físicas tan básicas. Pero tiene razón, era imposible que pudiese rescatarle y nunca te fíes de los que hacen malabarismos de cálculos en los medios, revísalos cuidadosamente 🙂
PS: Por otro lado está claro que era una licencia necesaria, caso contrario a Superman no le da ni para sacarse la chaqueta que llevaba.