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Ayer hice una búsqueda y el primer resultado que me salió fue una página de Linkedin, al ir a ella un aviso en pantalla completa para que instale su app. ¡Cielos! yo sólo quería saber una información muy concreta y que no necesitaba más de unos pocos segundos de lectura. Además esa misma información está disponible en miles de sitios, que haya entrado a Linkedin fue puro accidente. Tengo cuenta en Linkedin desde hace años pero no la uso habitualmente ni tengo la intención de hacerlo: no soy un buscatalentos, no busco ni ofrezco trabajo habitualmente. No tengo intenciones ni ganas de instalar su app en mi teléfono, pero ¿por qué insisten?

Los mitos de las apps

No es nada nuevo ni soy original en lo que voy a comentar. Sin embargo me sigue sorprendiendo la molesta insistencia de muchos sitios web a que sus lectores esporádicos o accidentales instalen una nueva app en su móvil. Los que diseñan o deciden estas estrategias parecen asumir los varios de los siguientes supuestos falsos:

La instalación, actualizaciones y hasta ubicar la apps para arrancarlas no es ninguna molestia para los usuarios, todo lo contrario, están deseando hacerlo

Es una molestia importante llegar a un sitio para leer una noticia o artículo y que éste te pida instalar la app, sólo bajarlas e instalarlas puede tomar mucho más tiempo del que se necesitaba para leer el original en el navegador. Normalmente significa que se añadirá un nuevo icono o widget a las pantalla de inicio y que el «menú de aplicaciones» quedará aún más saturado e inmanejable. O que es muy habitual que en los teléfonos de gama media y baja el teléfono se quede sin memoria interna para más apps. Los usuarios saben que además esa app será actualizada, que les tomará más tiempo y valiosos bytes de sus planes de datos cada actualización. Los usuarios son muy reacios a instalar apps que no desean instalar explícitamente.

El coste de desarrollo y mantenimiento de apps es despreciable

Las apps con cada vez más complejas -y seguirá aumentando- por lo que el coste de desarrollo es cada vez más alto -y seguirá aumentando-. La tecnología y potencia de los móviles es cada vez mayor y naturalmente las expectativas de los usuarios son cada vez más altas. Aunque existen entornos de desarrollo multiplataforma (como React.js) siempre hay que hacer adaptaciones para las diferentes plataformas, como mínimo Android e iOS. Pero no acaba allí, además de la app hay que desarrollar el software del lado de servidor que hará de proveedor de datos, el API, no es una labor sencilla, también exige recursos elevados. En general se sabe el coste de mantener una web en marcha, lo mismo y quizás más se requiere para las apps. Aunque las bases de datos y algunos módulos puedan compartirse, hay que desarrollar y mantener software específico tanto en el servidor como en los clientes.

El coste de mantener en paralelo el software para web y para apps es despreciable

Es muy habitual, sobre todo en empresas cuyo núcleo duro no sea el tecnológico (como los medios de información), pensar que se invierte en el desarrollo de una app -que además sólo replican lo que ya hay en web- y se acabó el problema. Más tarde se darán cuenta que cualquier mejora en la web no estará disponible en la app y que hay que modificarla. O viceversa. El coste de mantener ambos sistemas es mayor y con mayores condicionantes si se pretende que ambas plataformas sean equiparables.

Todas las apps son iguales, el éxito de apps de sitios webs es extrapolable a todos, basta hacer una app

Por supuesto que no estoy ni siquiera sugiriendo que las apps no sean un gran e importante mercado ni que no aporten valor real. Pero no todas las aps son iguales ni tienen el mismo uso en la web. Las que más se usan son juegos, sociales/mensajería (Whatsapp, Facebook, Twitter), las utilidades (desde clientes de correo a otras como las de rutas de metro u horarios de autobuses), todas las demás son muy minoritarias y que cubren un nicho de usuarios que las necesitan cada día para su trabajo, empresa o viajes.

Varias de estas aplicaciones inmensamente populares son derivadas de un sitio web que ya existía antes, como Facebook, Twitter, Youtube o Gmail. Pero estos sitios ya eran extremadamente populares antes y por causas no previstas en sus inicios sus funcionalidades y contenido se adaptan perfectamente a las ventajas de los móviles: leer o escribir mensajes cortos  (recordemos que el éxito de los primeros smartphones, las Blackberry, se debió a la mensajería y acceso inmediato del email), compartir fotografías tomadas en el mismo teléfono, o ver vídeos. Este tipo de apps tienden al oligopolio: los usuarios no desean ni pueden tener miles de apps instaladas, tendrás las que necesitan y/o las más populares.

¿Es tu sitio web una necesidad diaria para el usuario? ¿Es tan popular como Facebook o Twitter? ¿Se comparten datos como en ellas? ¿Piensan invertir proporcionalmente los mismos recursos que dedican esas empresas?

Si los informes dicen que los usuarios gastan más horas en móvil que en web, si publico una app gastarán un tiempo adicional proporcional en la mía

Es una extrapolación errónea de los informes sobre el uso de móviles. Claro que se dejó de gastar tiempo en la web y se gasta más en móviles, pero ojo, ese tiempo no fue sólo robado a la web, tiene muchas fuentes. Por un lado algo que muchos olvidan, antes de los smartphones las familias tenían uno o dos ordenadores en casa, el tiempo que podía dedicar cada persona estaba limitado por el acceso al ordenador (y las peleas entre ellos). Ahora es habitual que cada miembro de la familia tenga un móvil, sólo por eso el tiempo que se dedica a apps ya debería ser bastante superior que la se dedicaba antes a la web cuando se accedía desde ordenadores compartidos.

El tiempo dedicado a las apps no viene sólo de la web, la mayor parte son juegos lo que significa que quizás los mayores perjudicados sean los juegos de PCs o de consolas de TV (de nuevo, recursos familiares compartidos) y las consolas personales. Hasta la propia TV está afectada, aunque en este caso no sé si las apps le robaron o aportaron más tiempo. No era tan habitual que mirásemos televisión con el ordenador en frente. Sin embargo hoy es casi la regla hacerlo con el móvil al lado e ir comentando y compartiendo lo que se está viendo por Twitter, Facebook o Whatsapps (si compartís series con vuestros hijos habréis notado cómo se whatsapean lo que está pasando).

Las apps reemplazarán a la web

Desde el inicio de los ordenadores personales (principios de la década de 1980) el mercado de las aplicaciones creció enormemente, no conozco a ningún informático que no soñase con hacer una killer application para llenarse de dinero porque tendrían millones de licencias vendidas. Sin duda que muchos lo lograron pero fueron una ínfima minoría, la mayoría de empresas se basaron  en desarrollo para empresas.

Mientras tanto los usuarios sufríamos con los problemas de la cantidad de aplicaciones instaladas, su actualización y los pagos de licencias por cada una de ellas. Se convirtió en la pesadilla de las actualizaciones.

Cuando a principios de 2000 empezaron a surgir las aplicaciones web (en gran medida facilitadas por Javascript  y las conexiones asincrónicas -AJAX-) muchos pensaron que era la solución al infierno anterior. En gran medida funcionó, aplicaciones como Gmail se volvieron imprescindibles, las webs tenían muchas más funcionalidades y el navegador web pasó a ser tan necesario como el sistema operativo. Pero las aplicaciones web no reemplazaron completamente a las de PC, todavía seguimos usándolas, hasta cosas tan básicas como un editores y procesadores de texto.

Hoy estamos en un proceso contrario. Los mismos que evangelizaban con las ventajas de la web hoy evangelizan las ventajas de las apps, que en pocas palabras es volver al mismo estado anterior con la salvedad que son muchos más millones de dispositivos (al menos un orden de magnitud), que están todos conectados  y que se solucionó la pesadilla de las actualizaciones manuales, aunque el precio de las apps son mucho menores (la mayoría gratuitas) y dejamos de ser propietarios de nuestros documentos y datos.

Parece que hemos olvidado la historia reciente, que entre otras cosas hizo nacer al software libre, open source y los formatos estándares como respuesta al estado en que estábamos. Hemos logrado pasar de un mercado dominado por el pésimo IE6 a uno en que el dominio es de excelentes navegadores que funcionan en PCs y móviles y cumplen los estándares. Tras tres décadas de lucha dura para llegar al estado actual de la web para que ahora se promueva volver a 1980.

Por supuesto, los móviles y sus apps abren un nuevo espectro de aplicaciones que no eran posibles ni cómodas antes. Pero de allí a afirmar que todos son ventajas y que este regreso al estado de 1980 reemplazará a la web hay un trecho largo. Sí, todo es posible y puede ocurrir, pero también depende de lo que hagamos los usuarios y los desarrolladores y empresarios.

¿Es factible un mundo sin web donde leamos las noticias sólo desde apps? Es posible pero de ninguna manera deseable, para nadie. Los usuarios no instalarán miles de apps para poder leer cada periódico o sitio web, a lo sumo instalarán unas pocas que les permitan leer todos. Este programa puede ser alguno de los que están intentando (como Google) y todo el mundo a pasar por esas pocas empresas, o podemos usar alguna alternativa que ya exista… que se llama navegador web.

Dado que en algún momento muchos se darán cuenta de la alternativa, no veo factible que la web desaparezca, más bien veo un futuro cercano con navegadores y frameworks de desarrollo web-móvil cada más eficientes.

Las apps son una buena forma de monetizar la web

Con todos los problemas de «mercado» que mencioné antes, sumado a que los precios de apps son muy bajos (por una razones sencillas, la competencia es enorme, el mercado está en expansión, y la mayoría de usuarios jóvenes -incluso niños- no pueden pagar) ¿alguien piensa que si no puede monetizar su web lo podrá lograr solo por tener una app.

No digo que sea imposible, pero la lógica y la historia muy reciente indica lo contrario. Es muy complicado y las que triunfan son porque tienen mercados donde pagar fue siempre la norma: juegos, aplicaciones corporativas y verticales, utilidades necesarias. O bien porque ganan con la publicidad, pero no me consta que los ingresos de las app con publicidad sean mucho mejores que las del web, la lógica indica que se pagará igual sea por web o una app específica.

¿Alguien cree que los lectores no hardcore (la inmensa mayoría) de un sitio  de información (llámese Menéame, cualquier medio de información, o foros, o buscadores de casas, coches, trabajos) automáticamente pagarán por instalar una app que le ofrece lo mismo que la web? ¿Cuando esa información está disponible en otros sitios a coste cero sea con un clic o instalar una app gratuita? Es más una ilusión que una plan informado y meditado.

Incluso las apps que consideramos imprescindibles en los móviles, que de hecho aportan casi todo el valor, lo tienen muy complicado cobrar a sus usuarios. Saben que si pretende cobrar saldrán alternativas similares que se quedarían con su mercado rápidamente, aunque cobren una cantidad ridícula (¿alguien oyó hablar de Whatsapp, LINE y Telegram?).

Las preguntas claves que debes hacerte antes de lanzarte a desarrollar una app

Hay negocios y empresas cuya estrategia está diseñada desde el principio para las ventajas y oportunidades de las apps. Sobre ellas poco puedo decir, seguramente tienen razón y muchas con mucho éxito que surgieron de forma nativa. Los juegos y apps de entretenimiento son las que dominan, a los que conocieron el éxito de las consolas de Nintendo esto no es ninguna sorpresa, de hecho era lo que esperaban.

Whatsapps es a móviles lo que era el IRC o chat en los ordenadores (o lo que eran los SMS en los viejos móviles), no tiene sentido siquiera discutir en que mejor hubiera sido que sea web (ni por funcionalidad, ni comodidad ni tecnológicamente). Instagram también es app nativa, aunque había antecedentes web aprovechó muy bien las ventajas (la cámara incluida) y limitaciones (la mala calidad de la cámara) para ser un éxito como es (aunque curiosamente mantienen una versión web).

Facebook y Twitter (incluso  Gmail) son dos casos de éxito web que encontraron en los móviles una extensión y amplificador perfecto. Pero son casos completamente extraordinarios y que no es repetible fácilmente, son outliers extremos y no deberían ni tomarse en cuenta al analizar números y horas dedicadas.

Hay otros tipos de apps informativas o de entretenimiento que no son tan masivas pero sí populares y que incluso la gente desea pagar. Por ejemplo Flightradar24, Flighttrack o apps de podcasts, sus usuarios con unos frikis del tema o las necesitan en su actividad diaria. O las de información en tiempo real de horarios de trenes, autobuses y metros. Los usuarios de estas son las que usan esos servicios regularmente o los turistas (todavía quiero ver una app de información turística de Baleares, que centralice toda la información anterior más reservas de restaurantes, teatros, cines, tours, etc.). Por supuesto, no hace fata hablar de la utilidad de Uber, Hailo, etc., pero estas apps suelen tener una logística «invisible» enorme y una estrategia diseñada exclusivamente para ofrecer servicios muy útiles que solo tienen sentido en un móvil.

Entonces, si tienes una medio digital o una empresa cuyo negocio principal es vía web ¿deberías desarrollar una app? No lo sé, lo que sí sé es que se están tomando decisiones basadas en mitos y sin hacerse las siguientes preguntas básicas:

  1. ¿Que beneficios aportará a los usuarios la app que no pueda hacerlo en la web?
  2. ¿Existe la tecnología para hacer lo mismo con tecnología web sin tener que incurrir en el esfuerzo de desarrollo de una plataforma y tecnología diferente?
  3. ¿Qué porcentaje de los usuarios o clientes querrán tomarse la molestia a instalar la app y buscarla cada vez que quiera acceder al sitio?
  4. ¿Cuánto costará el desarrollo y el posterior mantenimiento (que incluye las mejoras y nuevas funcionalidades) de la app y el backend necesario?
  5. ¿Se desea mantener también la presencia web? ¿Cuál será la prioridad en los siguientes años? ¿Cuáles serán los costes y restricciones al tener que mantener dos plataformas diferentes ofreciendo las mismas funcionalidades?
  6. Si el interés es monetizar ¿cuántos pagarán por la app?¿cuánto hay que cobrar y cuántas apps vender para ganar dinero? ¿no hay alternativas sencillas para suscripciones o donativos vía web? ¿no será que simplemente que los clientes no están dispuestos a pagar por el producto?

Creo que esos son las preguntas fundamentales que hay que responder claramente antes de invertir un euro en el desarrollo de una app. Quizás encuentres que deberías cambiar toda tu estrategia de negocio si es que eso es posible, no lo veo nada claro en medios y sitios de información.

O que lo que toca es invertir esfuerzo en una versión web móvil y adaptable potente ya que la tecnología existe y los costes a corto y medio plazo son mucho menores… además de que no molestarás a tus usuarios haciéndoles instalar yet another f*cking useless and buggy app.

Si la decisión es esta última tendrá otros efectos colaterales beneficiosos para todos: ayudarás a que la web -con todos sus estándares y tecnologías abiertas que tanto nos ha costado conseguir- siga siendo la plataforma común y universal.

¡Me olvidaba!, si tienes una versión móvil bien diseñada y programada y luego necesitas adaptarlas a funcionalidad específica de los móviles, siempre puedes usar librerías adecuadas o incluso convertirla en una webapp nativa con poco esfuerzo. Se ha avanzado mucho en este aspecto.