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Hoy me llamaron la atención un par de cosas que se está comentando mucho por las reds.

Una es la «queja» porque Ana Botella es la nueva alcaldesa de Madrid. Muchos repiten no la hemos votado. Incluso hay una petición en Actuable El próximo 27 de diciembre Ana Botella se convertirá en Alcaldesa. No la hemos votado. Por eso queremos elecciones en Madrid ya promovida por Equo. Debo suponer que todos esos que se quejan son del PP, ya que fueron ellos los que votaron a la lista de ese partido para concejales en Madrid.

Además, debo suponer que los de Equo, además de haber haber votado a la lista del PP, no conocen la Ley Orgánica del Régimen Electoral General, especialmente el artículo 198 que dice:

En los supuestos distintos a los previstos en los artículos 197 y 197 bis, la vacante en la Alcaldía se resuelve conforme a lo previsto en el artículo 196, considerándose a estos efectos que encabeza la lista en que figuraba el Alcalde el siguiente de la misma, a no ser que renuncie a la candidatura.

Se puede pensar cualquier cosa de Ana Botella, se puede sentir un profundo desagrado por sus ideas, su marido, su yerno, su pelo, o su peluquería. Pero lo que no se puede decir es que no tenga legitimidad democrática (fue electa), ni que se cumpla la ley (es la siguiente en la lista, después de Gallardón). Tampoco tiene sentido que los que proclaman que no votan al PP ahora digan que «ellos no la votaron», es una perogrullada que no otorga la razón, ni ninguna autoridad.

En todo caso yo pediría a Equo que sea más coherente y menos demagógico, que es un partido que se presentó a elecciones, con esta misma ley Orgánica.

El otro tema es el enorme «enfado» que hay contra algunas librerías (físicas y virtuales) porque venden el libro «Comprender y sanar la homosexualidad» de Richard Cohen. Llegan al extremo de pedir un boicot contras esas librerías[*]. ¿Qué pretenden? ¿Qué todas ejerzan censura previa y decidan ellos qué libros pueden venderse? ¿Bajo qué criterios, además de la ley?

[*] Cuando en todo caso deberían mirar primero a la editorial, luego a las distribuidoras, las librerías son el último eslabón de la comercialización, y lo suelen hacer por «paquetes» completos, no suelen elegir títulos individuales.

Si el contenido del libro es homofóbico y/o hace apología de algún delito (no lo leí, ni pienso hacerlo, la homosexualidad no me preocupa en lo más mínimo al final leí algo, ver enlace abajo, vaya estupidez), que se denuncie y decida la justicia. Si no es delito ¿por qué habría que censurarlo? ¿porque ofende a los homosexuales? ¿porque engaña? ¿porque no es lo que la ciencia demostró?

Si estos son los parámetros, yo tengo mejores razones para censurar otros libros, que también son manifiestamente erróneos, inducen al engaño, y son más perjudiciales. Por ejemplo los de los anti vacunas, los de medicinas alternativas, los de dietas milagrosas, los de autoayuda ridículos, los de OVNIS y conspiraciones varias, y la biblia (que provocó muchos más sangre y muertos en siglos de historia, y nos ofende mucho a los ateos).

Si tenemos que entrar en esta pendiente resbaladiza, propongo que lo hagamos en serio, dejémonos de tonterías. Tomemos ejemplo de nuestros amigos fundamentalistas religiosos y declaremos una fatwā contra cualquier libro que sea legal pero que no nos guste. Es más, si alguien recuerda reglas básicas de la libertad de expresión, o de un proceso democrático, toca responderle que es un simplón, que defiende libelos, o terapias reparadoras a homosexuales (faltó así para que me acusen de homófobo).

No sé que haríamos sin tantos democráticos posmodernos autócratas modernos que nos enseñan que la libertad de expresión es un concepto muy voluble y adaptable a nuestras ideas. Espero que al menos no sean los mismos que están en contra de que una comisión administrativa cierre páginas webs sin proceso judicial, o que hasta exigen que Google no oculte contenidos… porque entonces sí que no entendería nada. O sí.

Editado 19:00hs: Si alguien quiere leer esta bazofia (leí la introducción) para pedir boicots con más información, aquí hay un PDF (y es del 2004, o anterior). No es mucho peor bazofia que muchos otros libros, sostiene que no hay pruebas científicas que la homosexualidad sea genética, y que se puede «tratar con amor». Además viene de una editorial ultra conservadora, con libros de peor aspecto. Cito una frase que da una idea del autor:

Cohen es un experto en terapia de reorientación sexual: es terapeuta y además ha experimentado
personalmente la transición desde la homosexualidad hasta la heterosexualidad. Por ese motivo ha sido entrevistado muchas veces en periódicos, radio y televisión…

Editado: Otra opinión similar de Luis Alfonso Gámez, ¿Y si mañana la ‘masa enfurecida’ pide a El Corte Inglés y la Casa del Libro que no vendan obras ateas y escépticas?

 

PS: Absteneros de hacer chistes con el «enano» del título, mi estatura, y mi ego. Creo que ya leí todas las combinaciones posibles 😉