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Hace unos días comenté el cable de Wikileaks que revelaba que Guisasola, Presidente de Promusicae, había solicitado al gobierno norteamericano que incluyese a España en la lista prioritaria de observación de la 301. Poco después me entero que en el juicio contra Pablo Soto (defendido por David Bravo y Javier de la Cueva), el mismo Guisasola declaraba «casi llorando» que EEUU nos había incluido en la 301. Hace unos minutos me entero que además aprovechó para llamar macarra a Javier de la Cueva.
Eso me hizo recordar el nivelazo (sarcasmo) de lógica y respeto que hay en los juzgados. Recordé un juicio de 2006 donde participé como perito de la acusación contra el Govern Balear (en la época de Jaume Matas, del PP). Ya hice un resumen muy breve hace tiempo, pero ahora contaré con un poco más de detalles.
Se hacen unas oposiciones parea auxiliar administrativo, una de las pruebas era de «conocimientos informáticos» (lo pongo en comillas porque se trataba de un módulo de MS Word, otro de MS Excel y otro de MS Access). Había cuatro modelos diferentes (en realidad cinco, pero uno fue anulado), un par de modelos tenían una proporción de suspendidos mucho mayor que los otros. Un grupo de estos afectados recurre las oposiciones.
El Govern Balear presenta un informe pericial de dos ingenieros informáticos, a la sazón vicedecano y secretario del reciente Colegio Oficial de Informática de Balears respectivamente (y uno de ellos era responsable de «nuevas tecnologías» de las juventudes del PP). El informe completo consistía de media página, que venía a decir «hemos analizado los exámenes y no hay diferencias entre los diferentes modelos». Nada más, pero eso sí, llevaban el sello del Colegio.
El abogado de la acusación contacta conmigo para que le haga un informe pericial. Lo primero que le digo es que ese informe era ridículo, estábamos de acuerdo. Me pasa copia del expediente, veo que obviamente había diferencias enormes en complejidad y tiempo necesario para la resolución de los diferentes modelos. Acepto el caso y me pongo a buscar y preguntar cómo hacer un análisis más o menos objetivo para valorar las diferencias de dificultad, que además sea lo suficientemente sencillo para que un juez lo entienda (es requisito fundamental, el juez debe entender la explicación del perito).
Así, después de largas charlas con matemáticos y estadísticos, decido aplicar un método (tiene un nombre, no lo recuerdo) que es bastante sencillo:
- Se ordenan las preguntas por su grado de complejidad, todas juntas e independientes del modelo .
- Se asigna puntos desde 0 hacia arriba partiendo de la pregunta más sencilla a la más compleja (a preguntas iguales corresponde el mismo valor).
- Se normalizan a una escala de 0 a 10, siendo 0 el de mínima complejidad y 10 el de máxima.
- Se estudian las diferencias basado en esa escala.
- Además se analiza la correlación del análisis anterior con las estadísticas de aprobados y suspensos.
- Se escribe lo anterior de la forma más sencilla posible.
Entrego este informe pericial.
La respuesta fue un escrito de 39 páginas de la abogada del Govern, plagada de ad hominems: «el perito no tiene idea… que demuestra falta de profesionalidad,… etc». Al leerlo quedo alucinado, el abogado me explica que esto es normal, que no me preocupe, que es habitual y que ya están acostumbrados (¿?).
Lo curioso es que piden hacer una extensión a su informe pericial anterior (el de media carilla). Se acepta y lo presentan, firmada por los mismos peritos, donde copian la metodología de mi pericial… esa «que demostraba falta de conocimiento y profesionalidad». El informe concluía que usando la misma metodología se demostraba que no había diferencias fundamentales.
Me pasan el informe, lo analizo cuidadosamente y encuentro errores gravísimos:
- Afirman que asignan en una escala de 1 a 10, pero sus mínimo era de 2, y su máximo de 9. Eso ocurrió por no normalizar, lo que deforma los datos y los hace incomparables.
- Al normalizar los datos, salía que las diferencias entre modelos era aún mayores de las que yo había informado.
- A preguntas idénticas en diferentes modelos les asignaban diferentes puntuaciones, llegando a haber 100% de diferencia entre una y otra (3 y 6 puntos).
Era un perfecto «fraude intelectual». Presento un documento con mis respuestas y aclaraciones al abogado de la acusación. Ya no se podía adjuntar este documento al expediente, sólo podía explicar lo mismo cuando el juez nos citara a declarar a los peritos.
El juez nos cita a abogados y peritos para responder a sus preguntas, las de los abogados de la otra parte, y para una confrontación de peritos si hiciese falta. Nos citan un día caluroso a las 12 hs, en el juzgado no funcionaba ni el aire acondicionado. Cuando ya habían pasado las 12 hs, los peritos del Govern se van «a una cafetería porque hace mucho calor». Yo me quedo esperando en la galería, a los pocos minutos el juez nos llama. La abogada del Govern solicita comenzar sin sus dos peritos, el de la otra parte acepta… y aquí hace una jugada maestra.
Le dice al juez:
Señoría, con este calor no quisiera perder tiempo haciendo preguntas a mi perito cuando ya las tiene por escrito. Tengo copias suficientes del documento, si la otra parte está de acuerdo solicito ahorrar tiempo y directamente adjuntar ese informe al expediente.
La abogada dice que sí, e inmediatamente pasa una copia a todos (juez y abogados). Observo la cara de la abogada mientras lee el documento, se puso más blanca de lo que era (era muy rubia y de piel blanca pálida -y guapa-), a los pocos minutos se retira y empieza a hacer llamadas desde el móvil. El juez me dice que no tiene preguntas, que me retire, y que busquen a los otros dos peritos. Yo salí, ellos estuvieron hora y media a puerta cerrada, escuchaba los gritos desde fuera. (Luego me contaron que ante la pregunta de por qué a la misma pregunta le asignaban calificaciones diferentes, contestaron que era «por el contexto». «¿Qué contexto? ¿la temperatura? ¿o qué?» me dijeron que peguntaron los abogados de la acusación).
¿Quiénes eran esos peritos? Estos mismos que fueron imputados, junto con el Decano del Colegio de Informática, que también era director de la empresa pública Bitel. Sí, estos «patriotas» que crearon el colegio para proteger a los informáticos.
Por cierto, mientras el Decano del Colegio era director de Bitel, en 2007 algunos informáticos presentaron una demanda laboral por no respetar las condiciones de los convenios colectivos. También me tocó ser perito (éste fue mi informe), el juez le dio la razón a los acusados. La empresa dirigida por el Decano del Colegio Oficial de Informática no respetaba los convenios laborales de los informáticos. Pero lo más paradójico -sobre todo conociendo el caso anterior- es que la primera pregunta que me hace el abogado de Bitel en el juicio oral fue si estaba colegiado. A mi negativa me miró con desprecio, quizás sintió que ya partía con ventaja. No debía imaginar lo que estaba pasando en el Colegio. O sí.
Las historias de estos salvapatrias siempre tienen una parte muy oscura. Son los «principios» de nuestra sociedad, no todo es culpa de los políticos. Y lo de Guisasola es para el libro de la infamias.
Espero que al menos los profesionales nos tomemos en serio el «compromiso con la sociedad» y empezamos a ser estrictos y honestos con temas fundamentales y de principios. Es necesario, la suma de todos estos «pequeños fraudes» nos llevaron a la situación actual.
PS: En el caso contra el Govern el juez dictaminó (lo digo de memoria de una conversación telefónica, después de casi 5 años) que «aunque había diferencias entre los diferentes modelos, estos eran habituales y humanos, por lo que no se justificaban anular toda la convocatoria».
Curioso el sainete,pero me quedo con que es habitual hacer distinto modelo de examen para una misma convocatoria con distinto grado de dificultad. ¿ocurre lo mismo en otros exámenes? ¿en un examen final de literatura hay diferencias en dificultad de un instituto a otro? ¿es más fácil sacarse una carrera en una universidad que otra? ¿y en la misma dependiendo del año? …
Y aquí lo vergonzoso es la actuación de los peritos gubernamentales con media cuartilla y colegiados en la nada. ¿existe aun dicho colegio? Intuyo que alguno seguirá añorándolo, especialmente si le tocaba parte del pastel.
Lo de la media cuartilla es ridículo.
No me parece muy correcto la manera de entregar informes periciales: para saber lo difícil que es algo se deberían centrar en el desarrollo docente del concepto. Me sorprende que el letrado te dijera algo tan simplista: la opinión de un perito sobre lo fácil o difícil que es algo sucumbe a un mero testimonio por contrastar.
Por otro lado, yo habría hecho incapié también por la forma de resolver el ejercicio, como se ve en el informe…, aunque claro, si al final todo el proceso huele a chamusquina…, pa’ qué.
Al fin y al cabo la letrada esa lo sabía, el juez lo sabía, la acusación lo sabía: el juicio no era más que una farsa y la anotación que pusiste, gallir, una putada…
lo malo es que no todos los jueces acaban por entender que la informática, internet, redes sociales, p2p etc es algo mucho más complejo de lo que creen, por ese motivo cuando les caen en las manos temas como este son más propensos a sacarse el asunto de las manos de la forma más rápida posible. Lo que me parece lamentable es lo de los peritos, que un político sea tramposo o corrupto entra dentro de lo previsible por muy crítico que se sea con ellos (hay que asumir que a este país le queda muuuucho por recorrer) pero que un profesional se preste a eso no dice nada bueno de él
El sistema judicial «hespañol» en tres enlaces:
http://is.gd/HLFBK7
http://is.gd/WMutPC
http://is.gd/wcnKs9
Lo que relatas es una gota en el océano…y lo que queda cuando el presupuesto en Justicia se recorte (que suele pasar). Podrías decirle a algún salvapatrias que saque un dinerillo de Islas Caimán para comprar al menos bolígrafos y folios y que así pueda sentirse tan orgulloso como cuando gana la selección. Estoy pensando que seguramente también habrá salvapatrias argentinos que hagan lo mismo, o peor. Parece ser que el palabrerío patrio -o comunitarioautonómico en su defecto- es un buen método para hacer hamijos en todas partes.
Manel Pardo, el problema no es que sea algo complejo -que no lo es-, el problema es que, como bien escribió Vicent en su día, chupan demasiada burbuja para enterarse luego de qué va la cosa.
Concretamente, el juicio de Soto se convirtió en un gran ejemplo de ese arte que es mezclar churras con merinas y propiedad intelectual con tecnología.
Saludos.
estoy de acuerdo en que en ese juicio se mezclaron churras con merinas pero disiento en que no sea un tema complejo; no en ese caso evidentemente pero en todo lo que tiene que ver con el mundo tecnológico en el que vivimos hay en juego cosas como la libertad de expresión, la intimidad, el acoso, la propiedad intelectual, la libertad de prensa… creo que se debe de formar a los jueces para que cuando les planten delante medio folio como informe pericial de algo se mosqueen. Creo además que hay que debatir y mucho sobre todo esto, hacer ruido para que ni el juez más sordo se pueda escapar y sienta que esto es serio, bueno el juez, el policía, el maestro, el médico y sobretodo esos políticos de principio de siglo que tenemos… de principio del siglo XX se entiende
por cierto, muy bueno el artículo de El País
Manel Pardo, «desgraciadamente» no creo que los jueces sean tan «tontos»…
yo no he dicho que sean tontos, creo más bien que son como todos nosotros y es evidente que hay una franja de población a partir de los 40 que se pela con las nuevas tecnologías, que no les gustan no las entienden y no les interesan, lo que está muy bien a no ser que te pueda afectar a tu trabajo… lo que sucede cada vez más a menudo
Que grande ese Manuel Vincent. Seguro que ahora debe estar bajo siete llaves en alguno de los calabozos de esta peninsula 🙂
El problema de la Justicia en España, es que solo las sentencias de los Tribunales Superiores de Justicia y demas, elevadamente jerarquicos, son publicadas en el CENDOJ u otros similares.
¿Que hay de las sentencias y resoluciones judiciales de las primeras instancias de todos los fueros?
Estan bajo oscuras. Envueltos en mantos tenebrosos y espensas del mejor postor.
Por ejemplo, un Juzgado podria emitir una resolucion sobre una situacion durante el proceso, antes de la sentencia, y lo inaudito es que un Juzgado de al lado, emita una resolucion totalmente distinta, contraria incluso a los que dice un TSJ o el Tribunal Supremo.
Claro, un diria: pues presenta recurso de reposicion y listo.
Consecuencia, que el proceso tendra que subir al TSJ, luego de que haya sentencia, para que se pida nulidad de actuaciones por vulneracion de la Ley Procesal, en la instancia.
Perdida NO indemnizable: tiempo.
Consecuencia jurisdiccional: Los jueces de primera instancia, al NO sentirse vinculados por entes jurisdiccionales jerarquicamente superiores, hacen lo que les da la gana.
Entonces, desde la posicion del honorable Juez, todo se resume a: «Si me equivoco, apelalo. Que te cueste TU dinero mi aprendizaje».
Lo peor de todo, es que el Juez de primera instancia se puede «equivocar» y en su defensa argumentar que es «la discrecionalidad del Juez». Plop.
NO hay dudas, que «la discrecionalidad del Juez» es el mayor vacio legal plasmado en la Ley.
En resumen, al NO existir publicidad de las resoluciones y sentencias de primera instancia, entonces alli, es la unica oportunidad de fraguar las mas grandes patrañas.