Etiquetas

, , , ,

Hoy, o mejor dicho ayer domingo, presencié varias cosas a las que no encuentro sentido.

1. Que no haya pruebas siquiera para juzgar a unas personas, pero que toda una coalición de partidos que rechazan la violencia puedan ser excluidos de listas electorales por esas personas. ¿Existe una especie de limbo o «purgatorio democrático»?

2. Que esa ilegalización esté basada en una Ley de Partidos, redactada y aprobada por «incumbentes» que afirman ser casi los únicos dos que pueden segurar la paz o la democracia.

3. Que se pueda aplicar la «justicia preventiva», y sin siquiera la unanimidad de los jueces. ¿O es que los que votaron en contra amparan a «terroristas» que no son culpables, ni inocentes pero sí futuribles?

4. Que hayamos votado a los que son capaces de elaborar estas leyes, que además son los que eligen los jueces del Supremo.

5. Que lo anterior parezca normal -en un estado presuntamente de derecho- a mucha gente. Que le parezca fenomenal al PP. Que los hayamos votado.

6. Que me pareció bien que se proponga en Twitter el hashtag #sinpreguntasnocobertura, pero raro que haya ocurrido después de tanto tiempo que llevamos con conferencias de prensas sin preguntas (ni respuestas).

7. Que esos mismos medios ignoren otras movilizaciones similares vía hashtags en en los trending topics, como #nolesvotes con mucho más impacto (aunque me consta que en varios medios hay «órdenes de arriba» -ya escribiré sobre ello-). Pero con el #sinpreguntasnocobertura enseguida hicieran autobombo en muchos medios, incluso antes de la primera conferencia de prensa, y cuando es sólo un hype en un hashtag. Es, otra vez, los periodistas protagonistas de la noticia, incluso antes que esta ocurra.

8. Que cuando «tuiteo» sobre el tema anterior reciba una andanada de ad-hominems [captura] y respuestas como «Porque #nolesvotes me parece otra parida. Lo mismo es tu especialidad, veo» cuando pregunté por qué su medio, del que es director, ignoró a #nolesvotes salvo para publicar una noticia falsa (sin rectificación).

9. Que un periodista conteste de esa forma -chulesca, borde, irracional, porquemesaledeloscojones– a una pregunta objetiva -de su medio- de la persona a la que está criticando.

10. Que una persona que es director de medios de comunicación pueda soltar semejante chorreo («especialista en paridas», «que los @edans de la vida se hacen de oro», «listos», «acude a un psicologo: no puedo hacer nada ante tus complejos», «peor es trabajar, chato», «los gurús estàis mal acostumbrado», «prometo interceder por ti cuando vayan a grabar secuela del Señor de los Anillos») sin un mínimo de argumento racional o lógico.

10 Que justamente uno que reacciona de ese modo a una crítica «genérica» y sin mencionar a nadie pretenda enseñar cómo encajar críticas a los «gurús» [sic].

11. Que un abogado presuntamente especialista en «salir de internet» (@salirdeinternet) escriba tantas chorradas y mentiras para desacreditar a personas que no conoce, ni le hicieron nada.

12. Que ese mismo abogado experto en «reputación en Internet» -enlazando con la discusión anterior- escriba el siguiente tweet para desacreditar gratuitamente (y sin un enlace, es abogado, supongo conoce los riesgos de injuriar):

13. Que el mismo abogado experto en Internet borre ese tweet, como si no supiese que siempre quedan rastros y copias. Sabíamos que era de esperar, pero no con tanta rabia, y estupidez para que «profesionales expertos» caigan tan bajo.

14. Que haya tanto bilis y rabia como para olvidarse hasta del mínimo respeto en un debate público.

15. Que esos mismos rabiosos faltones sean los más sensibles a cualquier crítica, pero pretendan hacer pedagogía del debate.

PS: Les iba a retar que me inviten a las tertulias radiofónicas donde va Antonio Naranjo (tienen mi teléfono en La Ser) para debatirlo en directo, pero no, no lo harán 😉