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… no perder alrededor de un millón de votos en tan pocos días. Sí, es cansino, pero yo no escribí nada sobre ello últimamente 🙂

La mayoría de la gente que se opone al cánon probablemente hubiese estado de acuerdo –o al menos bastante más satisfecha– si el gobierno hubiese apostado por:

  • Cuentas claras: dejar de llamar cánon al impuesto gestionado por una entidad privada sin ningún tipo de control y convertirlo en un impuesto de verdad, gestionado y/o administrado por el estado. Incluso ese impuesto podría ir ligado a otros productos, no descartaría hasta la conexión a Internet en vez de gravar todos los productos digitales.
  • Apostar claramente por la «copia sin fines de lucro»: no cambiaría mucho con lo que ocurre actualmente, el top-manta seguiría siendo igual de ilegal, pero nos dejaría a todos con la satisfacción y tranquilidad de que compartir música o libros es legal. Y que está muy bien.

Esas dos medidas –nada «radicales»– se podrían haber implementado en pocos años, no hacía falta comenzar ahora mismo, pero se podría haber negociado en el Parlamento. Hoy podrían haber definido claramente estas intenciones y los plazos para adecuar las leyes y los organismos de gestión que hiciesen falta para reemplazar a las sociedades de gestión incontroladas.

Era el momento adecuado –era perfecto desde el punto de vista político– y tenían el clamor de millones de personas –y las dudas de muchos políticos– que hubiesen dado credibilidad y apoyo social.

Pero no lo han hecho, simplemente porque la SGAE –que incluso se niega a debatir los dos puntos anteriores— y afines quieren seguir con su negociarro privado y fuera de todo control. Y los políticos han cedido, como cobardes y haciendo caso omiso a la queja de millones de personas.

Eso no es sólo falta de ideas o reflejos, es simplemente corrupción. Es poner el interés de una ínfima minoría –aunque con un cutre-glamuroso lobby— sobre el interés, deseo y bolsillo de la mayoría.

Con este acto tan cobarde y de ciegos se perdieron la oportunidad de casi asegurar una re-elección, ahora creo que lo tienen bastante más complicado y les costará hacer olvidar el tema.

Si parece una trampa perfectamente tendida por la oposición.

Hablando de oposición. Rajoy, que ve la oportunidad de ganar unos cuantos cientos de miles de votos declarándose en contra del cánon. Lo que no aclara muy bien es si eliminarán o no la «copia privada». Es lo más probable. Y eso significaría DRM hasta en el despertador.

Que haya DRM y que por lo tanto la copia sea ilegal –sin esta condición el DRM tiene efecto cero–. En este caso habremos entregado libertad por unos cuantas decenas de euros al años.

Cederíamos libertad por un poco dinero, jodidos estamos.

O no, quizás sea la solución. Con el DRM y la copia ilegal se darían cuenta que no aumentarían sus ventas, caerían aún más y tampoco tendrían el cánon. Todos jodidos y su obsoleto modelo de negocio muerto y rematado de una puñetera vez.

Quizás no esté tan mal esa idea, estratégicamente sería perfecta para al menos desenmascarar mentiras y de paso descubrir quienes son los que «matan la cultura». O en todo caso para descubrir a los que sí harán la «cultura» del siglo que viene.