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La mejor esperanza que podemos tener para un prueba rigurosa es la inspección abierta y la habilidad de usar todo el código del cuál dependen los los resultados. Si el programa es privativo, esto no es posible. Tenemos todo el derecho a ser desconfiados, no sólo por una vaga desconfianza a los ordenadores sino porque incluso los mejores programadores cometen errores regularmente.

¿Quien afirma eso? ¿un típico talibán, fanático o radical como aseguraría la presidenta de Microsoft España? 🙂 No, es Open Source Mathematical Software, un artículo de opinión en la revista de la American Mathematical Society.

Como cuentan en el artículo, hay muchas pruebas matemáticas que se hicieron en programas de ordenador, en el propio Mathematica o similares.

Un tutorial de Mathematica dice

… Como los detalles de Mathematica son muy complicados, incluso aunque se conozca la descripción básica del algoritmo usado para un propósito particular, es extremadamente difícil alcanzar una conclusión fiable acerca de los detalles de la implementación ni de cómo se comportará el algoritmo en diferentes circunstancias.

Por lo que los autores del artículo acaban con:

Ninguna revista científica (journal) escribiría un párrafo como el anterior acerca de los teoremas que publican. Cada vez más los programas privativos y los algoritmos que usan son esenciales para las pruebas matemáticas. Citando a J. Neubüser, «con esta situación se violan dos de las reglas de conducta básicas de las matemáticas: en  matemáticas la información se distribuye sin cargo alguno y todo está disponible para su verificación.»

Al fin los «gordos» de la academia se están dando cuenta que el software libre está alineado con la ciencia, mientras que el privativo es completamente ortogonal –por contradictorio–. Más vale tarde que nunca.