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Hoy fue la primera jornada del IMAD 2.0 (fotos de la organización, gracias Benjamí). Comencé yo, que estuve fantástico [1]. Luego Magdalena Hughet, jefa de noticias de economía de IB3. Finalmente Javier Pedreira, Wicho, que estuvo mucho mejor que yo (sí, ¿qué pasa? ¿que creías que no iba a hablar fantásticamente bien de un Microsiervos? [1], por cierto le saqué bastantes fotos con su super cámara de unos 4 kilos).

Pero lo que más me llamó la atención fue parte de la presentación de Magdalena Huguet. Contexto.

Es una chica joven, parece una usuaria cómoda de Internet -aunque por lo visto desconoce los RSS- y durante su presentación resaltaba este hecho, que acudía a Internet a ver de qué se hablaba. A pesar de que usaba un tipo de lenguaje muy «corporativo», a veces de periodista que mira a los demás un poco en plan paternalista enseñándonos lo fantástica [1] que es la web de IB3 , daba la primera impresión de estar «metida» en este mundo.

Pero llegó a una especie de razonamiento que era más o menos el siguiente:

Nosotros los periodistas –por supuesto– verificamos las fuentes, somos muy rigurosos, en «Internet» no se verifica nada, no se hacen las comprobaciones mínimas. En el caso del atentado de ETA que se difundió la noticia errónea que un guardaespaldas había muerto nosotros no nos fiamos y llamamos al Consejo de Interior Vasco que nos desmintió la noticia, sin embargo si ibais a»Internet» [en este punto muestra los sitios de Internet de varios «medios tradicionales»] se decía que había muerto. No se habían verificado las fuentes, se publican mentiras. Internet está lleno de mentiras.

Yo quedé boquiabierto, tanto que me costó aguantarme para esperar al turno de preguntas. No es que me haya sorprendido demasiado la afirmación típicamente amarillista desde un «medio» a Internet, sino la falacia del argumento. Es que los sitios que mostraba con las «noticias errónea» eran todos hechos por… ¡periodistas profesionales!.

Al final le dije que lo que había dicho era una enorme falacia –me parece que no entendió muy bien el concepto, deberían enseñar más lógica en la carrera de periodismo–. Le expliqué que en todo caso y siguiendo la lógica de su argumento debería haber acabado con:

Los periodistas, también los de Internet, no siempre verifican la veracidad de la noticia que publican.

Como respuesta recibí una especie de discurso de bona al·lota que se aprendió de memoria la lección, me recitó el código deontológico de periodismo, no sin aclarar que «eso lo sabe cualquiera que haya hecho la carrera de periodismo» y que el tema de la «información es muy serio, no es de broma». Como marcando distancias con este «aficionado».

A lo que le respondí que me parecí lo estaba empeorando, porque con este argumento lo que debería haber dicho es:

Los periodistas, también los de Internet, no respetan el código deontológico que les enseñan en la carrera.

Me parece que tampoco entendió… así que no seguimos mucho la discusión. Tampoco fue capaz de mostrarme un sólo sitio que no se de «periodistas» y que haya dado credibilidad a la noticia errónea.

El tema no es contra Magdalena en particular, sino una sensación más genérica de que incluso periodistas jóvenes, que deberían haber hecho una parte importante de sus estudios conviviendo con Internet, todavía no comprenden muy bien a este mundo. Y lo peor, que están digiriendo sin masticar todo las noticias amarillistas sobre Internet que hacen circular los propios medios.

Dicen que debe pasar una generación para que se acepten e integren los cambios. Pero los «medios tradicionales» ya llevan más de 10 años en este proceso, y la gente joven que está entrando –la nueva generación– tampoco parece que conozcan muy bien lo que se cuece.

¿Habrá que esperar todavía otro cambio generacional?

A l final me quedo con una frase de Wicho:

Nosotros, los que rondamos los 40 años y estamos muy metidos en este mundo somos muy afortunados. Somos una excepción.

Parece que si se hace un s/40/30/ al texto anterior, la frase seguiría igual de válida. 😦

PS: Mañana dos charlas muy interesantes, de Pau de EyoOS y Javier de Loogic. Espero poder llegar a tiempo.

PS2: Lo siento mucho Krusher. Esto es coherente con lo que cuento, habrá que esperar cambios generacionales también en los jueces, y lo de la SGAE no tiene nombre, son una de las peores organizaciones para-medievales que todavía sobreviven en el siglo 21. Desde aquí todo mi apoyo.